Las propiedades del color son muchas y su importancia es vital al momento de aplicarla. Cuánto más sepamos de los colores, mejor los podremos escoger y usar, por ejemplo el tono, matiz o croma (hue) de un color es el cambio de un color a otro, en función de las diferentes longitudes de onda. Para cambiar de tono nos moveríamos como las agujas del reloj, en un sentido u otro del círculo cromático, lo que podríamos denominar como escala de cromas. Por su parte, la luminosidad o valor (brightness) es la variación de luz que experimenta un mismo tono a medida que se le añade blanco. Se expresa gráficamente como la escala de tonos y va del perímetro exterior al centro del círculo cromático. También se trata objetivamente de una composición armónica de colores, ya que no se desvía del croma de salida (0% de blanco). De esta forma, se originan los famosos tonos pastel: se trata de tonos degradados de un croma.
La saturación o intensidad (saturation) no está tan relacionada con el círculo cromático, ya que se trata del grado de pureza de un color: cuanto más mezclamos un color, menos saturado está. Por tanto, un color está más saturado cuanto más se acerca a los colores primarios. Cuando añadimos más o menos luz a un color, lo hacemos mediante diferentes cantidades de gris medio (compuesto por un 50% de blanco y un 50% de negro), que es diferente al gris neutro (compuesto por 3 colores primarios en la misma cantidad).
Por otro lado, una gama de color son los colores que encontramos entre un color primario y el siguiente, por lo que se agruparan en 3 gamas diferenciadas. Normalmente hablaremos de la gama de los naranjas y los rojos, de los morados y violetas, y de la gama de los verdes.